En el mismo corazón de las Marismas de Santoña, encontramos uno de los monumentos más emblemáticos de la comunidad de Cantabria. Se trata del Convento de San Sebastián que, recostado bajo el monte cónico de Hano, funde perfectamente su carácter sobrio y austero con una de las regiones marismeñas más bellas.
Para remontarnos a los orígenes de este monumento, debemos ir hasta la Baja Edad Media, concretamente al año 1441 cuando, según los datos históricos, la familia señorial de los Guevara lo fundara. No obstante, existen noticias contradictorias al respecto pues también se habla de la existencia de vida conventual dentro del edificio en los umbrales del siglo XIV. En cualquier caso, todo aparece indicar que desde sus primeros momentos fue un monumentos de carácter religioso dirigido por la orden franciscana. Además la historia del convento está marcada por multitud de conflictos con la villa de Escalante por temas relacionados con al explotación de los recursos naturales de la zona.
Cabe destacar que la mayor parte de la estructura del edificio data de la primera mitad del siglo XVII, cuando se realizó una profunda reforma. Sin embargo, en el siglo XIX con la llegada de la desamortización de Mendizabal, el convento acabaría cayendo en manos privadas, siendo donado a finales del siglo XX al Obispado de Santander quien recuperará la vida religiosa en el convento de la mano de la orden capuchina.
No obstante, aunque el convento pertenece a dicha orden, la iglesia, donde descansan los cuerpos de numerosas personas que decidieron elegir éste como su lecho de tumba atraídos pos su devoción, y los contornos del viejo muelle pueden ser visitados libremente, por lo que si pasas unos días en la zona no puedes dejar pasar la oportunidad de visitar tan emblemático monumento y descubrir las historias y anécdotas que han sucedido dentro de sus paredes desde su fundación en la Edad Media.
De Turismo Rural por Cantabria 